La crisis económica que comenzó en 2008, ha tenido un precio a pagar: los recortes en gastos sobre todo sociales, que el Gobierno decidió llevar a cabo en su momento y consecuencia de las cuales las clases medias y bajas se ven duramente afectadas. Uno de los recortes más acusados han sido en educación y cultura. De modo que España se ha convertido en el país de la U.E. que más caída ha tenido en la inversión en educación, seguida de Grecia, Chipre, Portugal, Hungría y Rumanía.