En los últimos años, el deshielo del Ártico se está produciendo a un ritmo tan acelerado que hace peligrar la supervivencia de una de las culturas más ancestrales que conocemos. Las consecuencias ya se están haciendo notar con un aumento del nivel del mar y la desaparición de superficies terrestres en esta parte norte de nuestro planeta, donde los Inuits tendrán que luchar para adaptarse a un modo de vida que les obligará a alejarse de sus costumbres.