Existen numerosos productos de uso cotidiano que contienen derivados de hidrocarburos potencialmente peligrosos para la salud. Un ejemplo de ello son algunos tipos de tinta de impresora, pinturas, adhesivos e incluso productos habituales para la limpieza del hogar y el aseo personal. Recientes estudios muestran que la presencia de estos nuevos contaminantes es cada vez mayor en el medio urbano, lo que supone un perjuicio para la calidad del aire, y por consiguiente: para nuestra salud.