Los tentáculos de la corrupción en nuestro país cada día se alargan y aferran más a la tierra, como si de las raíces de un árbol marchito se tratase. Tanto es así que, finales del pasado año, la corrupción marcó récord como preocupación de los españoles: se posicionó sólo por detrás del paro, y en los últimos tres meses de 2014 aumentó en un 63,8%, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).